Querido futuro,
te pido por favor
que no vuelvas a parar el reloj
de ningún corazón inocente.
Que abras la felicidad eterna al valiente,
que solo hayan contagios de risas.
Te ruego con razón que titules la vida sin guerra,
que prevalezca el respeto sea el acento que sea,
que se extinga la envidia del cobarde,
te recuerdo que hay muchas manos culpables
y vidas rotas por la justicia injustificable.
No seas tan cabrón de reírte de nuestro destino,
alíate con la brújula de la esperanza
guiando al amor en el centro de cada alma.
Querido futuro,
te escribo esta carta sin posdata y con tristeza,
con rencor y sin respuestas,
asimilando en que no intercedas,
a que la comida no entienda de mundos.
Intenta cambiar el rumbo del viento
que va directo al desastre,
y reactiva, al fin, la paz estable.
Querido futuro,
oxigena el cuerpo del aire,
dibuja retratos amables,
olvida la infelicidad.
Haz que desaparezca la mentira,
que solo exista la piadosa
y que la luz de su sonrisa
siga interpretando mis sueños.
Por: Raúl Zambrano (España)
deunalmaotra.es
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