Lo siento,
y ojalá no me lo perdones,
porque me encanta sentirlo.
Lo siento,
y ojalá no me lo perdones,
porque me encanta sentirlo.
Lo siento,
aquí,
escucha cómo late,
¿oyes tu nombre?
Así, bajito,
al oído,
contra la piel y el corazón,
yo cada noche
cuando te abrazo
el recuerdo entre sábanas
y tu olor me cuenta
de un pasado añejo
y veo la felicidad
reflejada en tus dientes.
Mírame,
que te quiero,
¿no me oyes?
Lo siento,
aquí bien dentro
y quiero ganarme todas tus arrugas
los sueños que aún no has imaginado,
el desgaste de tus ojos,
los abrazos tras cada decepción
partirle el alma al que te haga de rabiar
y ojala nunca yo,
ojalá nunca me odie tanto
como no sé odiar a nadie.
Ojalá tú,
ahora,
siempre,
libre de ataduras
para que no se desaten
nunca
las cuerdas desgastadas
de un amor que nos impusieron.
Ojalá, mi vida,
como dice Fredi
me gane tus flores
al cementerio.
Por: Crazovey (España)
instagram.com/crazovey
Únete a nuestras redes: