Nos encontramos
pendiendo de finos hilos.
Semidestruidos,
llenos de cortes profundos.
Toscos zurcidos,
y errores innatos.
Y comenzamos a crear un nuevo telar
con nuestras fibras textiles.
Creando,
entre nosotros,
el tejido perfecto
en el que resguardarnos
los días
de
temporal.
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