Mi otro yo

Era una de las citas más importantes del año y de mi vida, decidiría prácticamente mi futuro laboral, así que me preparé incesantemente durante noches y días enteros, no comía, no dormía, solo me preparaba para esa cita.

Me miré en el espejo y vi unas terribles sombras oscuras bajo mis ojos, mis ojos comenzaron a dar vueltas y caí en la cama, muerto de cansancio.

Inhalo y exhalo con profundidad, todo es tan tranquilo, qué rico es dormir.

¡La junta!

Me levanto de un brinco, me pongo el traje elegante que renté para la ocasión, subo con rapidez a mi coche y sin respetar las señales de tráfico, voy volando al evento.

Llego casi sin respiración, corriendo del estacionamiento a la puerta de entrada y veo con asombro que: ¡ya estoy ahí!, mi corazón late a mil por hora, no lo puedo entender.

¡Ahí estoy ya!, ¡ese soy yo!, el mismo traje elegante, el mismo peinado, estoy hablando con mi jefe, rodeo el lugar con precaución de no verme a mí mismo, he visto muchas películas de ciencia ficción como para saber que eso sería un grave problema, vuelvo a comprobar que efectivamente soy yo, a una distancia prudente, me veo a mí mismo, hablando con los clientes importantes, los mismos gestos y toda la rutina de labor de venta que haría yo, es increíble.

A lo lejos sigo sus movimientos, todo lo que hace, lo planeé con antelación, es exactamente lo que yo haría, todo en perfecta sincronización, ¡oh!, ¡oh!, está olvidando el portafolio donde trae los folletos con la información más importante, tal vez si me acerco un poco más y hago caer el borrador del pizarrón, logre llamar su atención.

¡Funcionó!, con el ruido voltea y recuerda el portafolio, sin esa información estaría perdido.

Me quedo a ver toda la función, intrigado y asombrado al mismo tiempo, todo sale mejor de lo que pensé.

Todo salió tan perfecto que, desde ese día, me sigo a mí mismo a todas partes, me veo viviendo mi vida según lo que había planeado y si en algún momento se desvía, me acerco lo suficiente para dejarle una pista, que lea algo, que escuche una frase o canción, que vea una cifra o algo, cualquier detalle que le recuerde lo que del plan olvidó, eso que llama casualidades soy yo, ayudando en su camino a mi otro yo.

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6 respuestas a “Mi otro yo”

  1. Genial, Lily. Yo también me veo a veces. Una vez me invité a tomar café, pero llegué tarde y ahora me caigo mal.
    Besos.

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    1. ¡Gracias Tony! Date otra oportunidad, se ve que eres buena persona. 😉

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  2. Es un relato impresionante!, muy bueno. Saludos.

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  3. Puf muy real, creo que a más de uno eso mismo ya nos ocurrió

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