Del terremoto que fuimos, yo quedé siendo la grieta.
Expuesta.
Con ese sonido quebrándome desde adentro.
Aunque a lo mejor eran las costillas al respirar.
De la tormenta que fuimos, yo quedé siendo la gota,
que se hizo grande hasta ser charco, que nadie supo,
pero era más profundo y no un simple reflejo.
Del huracán que fuimos, yo quedé siendo la calma,
mirando todo el desastre que nos causamos,
tratando de unir tablas de diferentes maderas,
soñando todo como antes,
pero dime tú: ¿cuándo los huracanes
han regresado
para ordenar el caos
que escupieron a su paso?
Del tiempo que fuimos, yo quedé siendo el hoy.
Regalándote un ayer que nos tembló,
que nos llovió, que nos voló,
que nos dejó sin un mañana, pero no nos mató.

Me fascinó. Felicidades.¿Podría aprendee de tí?
Me gustaLe gusta a 1 persona