Todo,
las risas, el amor, la paz,
lo que requiero para ser feliz,
lo sé,
todo me habita,
todo mora dentro de mí.
Mas en medio de este caos
provocado por su ausencia,
revuelvo mis habitaciones
buscando respuestas,
no encuentro nada;
lanzo fuera, una tras otra,
cada promesa rota
que guardé para pegar después,
me deshago, junto a ellas,
de los puntos finales;
nunca aprendí a usarlos como usted.
Sé que en algún lugar dentro de mí
debo tener cuidadosamente guardadas
la motivación, las sonrisas
y hasta una decena de sueños sin estrenar;
-como llaves extraviadas-
busco con ahínco lo que me urge
y no hallo
las ganas de continuar;
debe ser que esas, quizá por su prisa y mi desorden,
se fueron dentro de usted.
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