Vuelvo despacio,
cargado de reproches,
envuelto en silencio
comiendo mariposas
con los ojos manchados.
Vuelvo desnudo,
con la frente marchita,
lleno de jirones,
tatuado de cicatrices
con el corazón atravesado.
Vuelvo sin expectativas,
atravesando los torrentes
que no me esperan,
con los bolsillos rotos,
y en ellos, nada que ofrecer.
Vuelvo sin saber
qué me espera,
añorando esos espacios
donde dejé parte de mí
y el calor del hogar.
Vuelvo al principio,
a la tierra que me vio nacer,
a los rincones de mi infancia,
a los campos dorados
a la casa paterna.
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