El último día normal de mi vida
Transcurrió sin pena ni gloria
Me tomé un café con sabor a milagro
Escuché historias sobre hadas
No me vestí de fiesta
Fue un martes como cualquiera
No pensé que haría historia
Ni que permanecería en mi memoria.
El penúltimo día del mes corto
No me advirtió sobre promesas
No me anunció la primavera
Ni me previno sobre el adiós sin despedida.
Una llamada me cambió la vida
Una noticia inesperada
Una cita no planeada
Fueron el punto de partida
De noches de asilo
De madrugadas en vela
De días de incertidumbre
De un dolor que no tiene nombre
Y de un sentimiento
Que nada lo rompe.
Febrero no sabe contar
Solo llega al 28
No sabe jugar al adivinador
No hace confidencias en la noche.
Una vuelta al sol después
Tengo solo recuerdos
De un marzo de dudas
De un abril de sudor y lágrimas
Y un corazón que atravesó el calendario con un nudo en la garganta.
La traslación más larga y agitada de mi vida ya terminó
Le agradezco lo que me dejó
Extraño lo que se llevó.
Nadie sabe a dónde lo conducirá el calendario
Este vehículo silencioso del tiempo
Ingrato y sabio
Contundente y certero
Como el 27 de febrero.
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