Hace tanto tiempo que el suspiro no está en mi pecho,
que la luna se esconde
tras el velo sin un verso.
A veces, mi garganta se cierra
y mis ojos contienen aquella imagen tuya,
sin vida.
Quedo muda
y no puedo más
decir tu nombre.
Lejos, tan lejos como puedo,
ausente de tus sueños,
permanezco en el olvido.
Sin premura,
elijo este lugar
en el ocaso.
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