Y si miro hacia atrás
ahora comprendo
mejor lo que fui,
lo que sentí,
lo que me maltraté,
con el látigo hostigador
de la cabeza a los pies…
No creía en mí,
y perdida me sumergí en aguas
turbulentas,
y su luz interior
me atrapó como un encantamiento
durante varios años,
para descubrir
que ella no gobernaba,
estaba opacada
por la oscuridad.
Y cuando me alejé
de las manos que me consolaban
en la noche más larga
supe que el águila
jamás me rescataría,
que seguiría su majestuoso vuelo
hacia la deriva,
como el barco de papel
que navega sobre la corriente
de un aguacero de verano,
que te moja hasta los huesos
cubriéndote de miles de besos
que acarician tu alma por completo.
Y el orgasmo se desorbitaba sin freno
en medio de la cama vacía
en la madrugada que ardía,
donde todo nos unía.
Y tu esencia
se quedó grabada
como lava
entre mi ombligo
y el monte de venus,
y por mucho que lloré
para borrarlo
se quedó
por siempre estampado.
Viví en un sueño lúcido
una secuencia de otra esfera.
Olvidar no es posible
aunque ya nada me duela.
Aprender de mi sombra
para seguir mis luces
es el fruto de tu estela.
Sanarme es sanarte,
Liberarme es liberarte.
Nada se pierde en este universo,
nos vamos transformando
investigando las diversas
densidades de la materia.
Viajeros espirituales
experimentando diferentes realidades.
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