Estoy enamorada, enamoradísima de la idea de estar enamorada.
Porque me encanta toda esa cursilería, porque para mí, el amor es así como hacer a tu madre reír, o ver la luna llena al final de cada mes, o tal vez así como escuchar tu canción preferida por primera vez luego de haberte olvidado de ella.
Porque para mí el amor es algo más que sólo ver esa persona y que las mariposas revoloteen en tu estómago. Es algo así como ver en sus ojos ese mundo abstracto que estarías dispuesto a desentrañar y escudriñar cada rincón de su cuerpo y memorizar cada imperfección de su piel, contar sus lunares y encontrar el porqué desde los 5 años le tiene terror a las alturas. Es algo así como ver más allá de su pecho. Es algo así como llegar a su alma y tocar en cada puerta para ver florecer sus virtudes, para de esa manera ir más adentro y poder ver sus debilidades sólo para confinarlas en un pequeño baúl y velarlas como tu más preciado tesoro, así más nadie sabrá, así más nadie podrá herirlo. Es algo así como vestirlo en un manto de ternura hasta que sus pesadillas pasen, querer tenerlo más cerca para que deje de temblar por las noches. Es algo así como no querer dejarlo ir jamás.
Y que tu parte favorita de su cuerpo sean sus manos, que puedas leer en sus líneas de vida sus pensamientos, es algo así como que te acaricie con ellas antes de su primer beso y que te sostenga en ellas cada noche o que le haga rizos a tus cabellos para poder calmar su ansiedad.
Sí, estoy enamorada del amor pero más enamorada estoy de esa persona que sé que está esperando por mí mientras escribo esto.
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