¿Tarde?
¿Qué tipo de eje imaginario mide el tiempo establecido?,
¿quién se supone sitúa en el mapa el puerto de arribo?,
¿existe un patrón calculista que determina el tic tac y el ritmo?,
y en el habitual delirio prospectivo,
¿por qué mi «mañana» o tu «hoy» no pueden ser lo mismo?,
más allá de los tiempos verbales y promesas prescindibles,
somos almas gravitando al compás de tonadas predecibles,
somos pasos marchando en medio de un collage de huellas,
somos tiempo sin vida,
vida sin alma,
y alma,
sin tiempo.
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