Te odio,
sobre todo cuando no me miras,
cuando te marchas,
cuando no llegas,
cuando no oigo tu voz,
no escucho tus pasos,
no noto tu olor.
Te odio,
sobre todo cuando no te acercas,
cuando no me buscas,
cuando no encuentro
tus labios bajo la luz
de las luciérnagas que encierro,
cuando no muerdo tus sonidos,
no arrancas mi piel,
no abrazas mi adiós.
Te odio,
sobre todo cuando no me abrigas,
cuando no sufro tus mentiras,
cuando no me inspiras,
cuando abandonas mis pensamientos,
no navego en los tuyos,
no calmas mi dolor.
Te odio,
sobre todo cuando no aprecio
la textura de tus besos,
cuando no destrozas mis reproches,
cuando al calendario
se le cae el último día,
cuando no desafinas mis guiones,
no escribes mi nombre,
no me matan tus suspiros,
no me duele tu amor.
Te odio,
sobre todo desde aquel momento,
en el que te vi
y me susurraste al oído,
“amaré cada día que me odies
y odiaré cada noche que no me ames”.
Responder a Leonor Sánchez Cancelar la respuesta