Seré tu infierno
seré tu marca
Castigaré tu destino
sin clemencia
ni nostalgia
Debiste haber aprendido
quien me la hace
siempre la paga
Seré tu lágrima, arrepentido,
derramada
Tu quejido
tu desvelo
la buena suerte escapada
el deseo renacido
la daga de nuevo clavada
Y nunca sabré
de tu dolor prendido
ni importará
que en tu alma mora
un sentimiento prohibido
porque ya pasó tu hora
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