Libertad de no mutarme, de ser yo misma.
Libertad de respirar por mi cuenta, sin tener que alimentar otros pulmones, mi aire es mío. Y de compartirlo, tendrá que valer demasiado la pena.
Libertad de sorprenderme con muy poco, aunque no sé si por tener la guardia muy alta o las expectativas haciéndole el amor a las nubes.
Libertad de no acercarme a algo que no me vaya a dar lo que yo quiero.
Libertad de no saber perder el tiempo.
Libertad de ir y venir pero nadie se queda dentro, aunque no sé si porque no dejo que pasen o porque no saben entrar.
Libertad de 7 noches mirando al techo, extrañando otra forma de latir, echando de menos lo que no he tenido, por no saberlo pedir.
Libertad de estar llena de vacíos, pero con un vacío lleno de momentos que no saben a desastre.
Libertad de elegir el qué y cómo lo quiero, libertad de no aceptar lo que no creo.
Libertad de verme al espejo sin juzgar lo que veo, libertad de saber que siempre será más fácil cambiar de espejo que de cuerpo.
Libertad de ser de mí misma, libertad de no ser de nadie.
Deja un comentario