Desaparecen con el sol
el bullicio y los testigos,
la noche camina hacia nosotros encendiendo mi deseo
con cada permiso que te das.
Cedes,
tiemblas,
sucumbes,
suplicas.
Estás a salvo, no temas,
te voy a desvestir,
pero no por completo,
voy a dejarte puesta una sonrisa.
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