Has colgado en mi ventana
la bandera de tu estado.
Has conquistado mi casa
sin ejército, con dardos
que lanzas en cada gesto,
en cada mirada anclas
tus raíces a mi tierra,
nacen brotes de tus dedos
que trepan por mi paciencia
y la tratan y la calman
y sanean todas sus deudas.
No sabes cuánto le debe
mi paciencia a tus compases,
a tu ritmo lento, amargo
cuando mis prisas reabren
mis cerradas cicatrices,
que tú sanas con soplar.
Y vuela en cada soplido
un dardo hasta mi portal.
Muy buena entrada! Quien pudiera tener cerca a tu Ángel… Un cálido saludo.
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Muchas gracias!
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¡Estupendo! Qué buena visión
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¡Mil gracias!
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