Puede que vos seas Juan
y yo sea Mariana
y que esto solo sea
nuestra vida conyugal.
Cada escena pasa igual,
no importa la ventana,
ni siquiera la ciudad,
ni el destino, ni el azar.
Y te vas sin terminar,
ni un jamás, ni un adiós,
y volvés sin avisar
como si fuera normal,
Y tampoco es racional
respirar de recuerdos
sabiendo que volverás
para otra función más.
¿Cuántas veces pausarás
la vida sin pretexto?
Parece nunca alcanzar
lo de ser Mariana y Juan.