Cuando está en su mocedá’
El niño corre deprisa
Sin pararse en donde pisa
Ni mirar por donde va;
¡Mas quién lo vio y quién lo viera
Ya con arrugada frente!
Caminando lentamente,
Con calma, observa y espera.
Y es que se dio cuenta un día,
Al cansarse ya su pierna,
Que de su carrera eterna
Nada disfrutado había.
Desde entonces simplemente
Va intentando reparar
El error que fue pasar
Sin estar en el presente,
Por esto con lento tempo
Da paseos y se sienta
En un banco donde sienta
Que se toma bien su tiempo.
Pero el tiempo que usar pueda
Por desgracia es cosa escasa
Porque éste más fugaz pasa
Cuando a uno menos le queda.
El humano es vana sombra
Que la oscura noche apaga.
El día durante vaga
Sin posarse en una alfombra,
Pues se adhiere a un pie veloz,
Como apresurada presa
Huyendo, miedosa, obsesa,
De la Dama de la Hoz;
Cuando viene ésta y su siega
En el suelo lo fulmina,
La noche lo difumina
Mas su alma no se sosiega:
Lamenta haber en su viaje
Pasado, figura inquieta,
Siendo sólo una silueta
Pasajera en el paisaje.
Amigo, la vida es tuya,
Luego tómate tu tiempo
Antes de que el mismo Tiempo
A ti te tome y te engulla.
Tú disfruta del momento:
Antes de venir la noche
Coge el día, sin derroche,
Y anda por la vida lento.
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