Entre el mar y el cielo
entre tus pupilas dilatadas
en el sonido de las olas:
el eco de tu aliento.
Cuando todo está en silencio
ya se nos hace de día
la mañana enfría:
permaneces despierto.
Entre la brisa y la cornisa
entre tus dedos y mis labios
entre mi cintura y tu ombligo:
el vaivén de tu cuerpo.
Cuando el momento explota
y ha llegado la tarde
te sigo viendo igual
que tres años atrás.
El mismo aroma
el éxtasis y la calma
el deseo intermitente:
el mismo y siempre tú.
Tú conmigo
entre el mar, el cielo y tus dedos.

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