Regresarás
cuando todo vuelva a ser vacío.
Te harás hueco de nuevo
y buscarás tu fuente en mi verbena.
Hastiado de reojos,
querrás hundirte una vez más
en mi mirada.
Te harás pasos que redundan
para buscar los pies desnudos.
Querrás hacerme camino
que se estrena…
…Y para entonces
los relojes se habrán cansado
de retener el tiempo,
de ser el dique de tus caprichos.
Se harán cascada las agujas
de los tiempos,
cayendo sobre ti para aplastarte.
Inundará tus súplicas
mi balsa de dos remos,
que no querrá parar a socorrerte,
que irá corriente abajo
sin sonrisa.
Te haré apretar los dientes y los puños,
por no haber apretado mi cintura.
Caeré arrepentida en tu pecado
por no saber pecar como merezco.
Se hará pesada losa insoportable
la calma que hoy desplaza nuestros planes.
Tendrás días de cemento y añoranza,
se hará gris el verdor de mis pulmones.
Y yo respiraré con asistencia,
como siempre,
de sueños y esperanzas,
que no sabrás tejer tú sin mis dedos.
Y déjame avisarte,
ya no estaré cuando regreses.
Y déjate avisar sin más rodeos…
Responder a Cruzar La Noche Cancelar la respuesta