Cristales afilados
llueven desde mis párpados
cada vez que tomo un trago
intentando olvidarte,
huelga decir que no consigo
más que retenerte como un clavo
insertado oxidándose en mi memoria,
haciendo daño, destrozando
cada esperanza que se abre a su paso,
cambiando terminaciones nerviosas,
volviéndote parte del desastre
de este cerebro resignado,
rendido ante la voluntad
de este maldito corazón
residente de mi pecho
y empeñado en quererte,
en seguirte queriendo,
a pesar de todo el daño,
a pesar de las heridas,
de las costuras,
de rotos y descosidos,
de los laberintos sin salida
que intento recorrer
mientras dura la borrachera
acercándome a tu olvido
y llegando solo a tus recuerdos,
quizá lo más bonito que me queda
en esta tristeza mía
a la que me empeño todavía
en nombrar poesía.
Mi empeño

Encantado de ser un lector más. saludos desde Perú.
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Muchas gracias, nosotros encantados de poder ser leídos.
Saludos desde España.
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Inspiración.
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😊😊😊😊
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