Los cristales rotos por muy pequeños que sean
siempre se podrán unir,
porque no todo barco tocado se hunde,
ya que todo se puede volver a construir
aunque esté hecho añicos.
¡Que viva la magia de reconstruir lo roto
y funcione como nuevo!
Porque la esencia siempre sobrevive al desastre
por mucho que los daños
hayan llegado al sótano de tu ser.
Las grietas son las ventanas
por donde entra(rá) la luz.
Y aunque la vida golpea,
siempre lo hace para aprender.
Y siempre sana tus heridas
si las besas con valentía.
La tristeza es el fantasma de la esperanza
pero mientras tengas fe,
tu corazón nunca se apagará.
Y un día, la calma llamará a tu puerta,
te besará con fuerza en la mejilla izquierda
y hará que la ilusión florezca
en tu corazón ya sanado.
Y así es como la vida te regala la oportunidad
de seguir amando con los ojos cerrados
a pesar de todos los golpes del pasado.
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