«Es preciso que el alma siga amando el vacío,
o que al menos desee amar»
Simone Weil
Tú que iluminaste con sonrisas
los días de lluvia
que te diste la vuelta tantas veces
para despedir
que regresaste
sin que nadie lo pidiera
tú que endulzaste
la amargura de la vida
que pintaste incansablemente
el mundo gris
que esperabas frente al reloj
alguien que llegara
o que el miedo de una vez marchara
tú que jamás condenaste
ni siquiera tuviste un ruego de piedad
tú que surcaste tantas aguas
naufragas siempre en el mismo mar
tú que cumpliste un sueño
aún quedan otros por conseguir.
©Fragmento literario incluido en L’anima.
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