Como gotas de lluvia

Avanzan a su propio ritmo,

pequeñas gotas de lluvia 

a lo largo y ancho del parabrisas

de aquel viejo coche

que serpentea por las calles 

de una ciudad sin nombre.

Se mueven 

sin un destino concreto,

sirviendo como reflejo

de la percepción sobre la vida

que tiene el hombre pensativo

que las observa detenidamente

sentado en la parte trasera

del automóvil.

Al igual que ellas, 

él tampoco basa su existencia

en la intención de alcanzar 

una línea de meta predefinida.

Se mueve por simple inercia,

atesorando cada parte del viaje

que es por naturaleza

volátil y efímero. 

3 respuestas a “Como gotas de lluvia”

  1. Viaje tan volátil y efímero como natural y envolvente.

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  2. Precioso escrito. 👏👏👏👏

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  3. Puedo imaginar cada momento casi sin cerrar los ojos.

    Le gusta a 1 persona

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