Nunca un silencio sonó tan alto
como el que nos profesamos
ni un recuerdo
se sintió tan lejano
como yo te siento ahora.
Desdibujado,
vacío,
te miro
y ya no te veo.
Ya no eres ese cuadro que llamó mi atención
entre toda la exposición.
El poder,
de mirar y ya no ver color.
El engaño de la obra en la mirada;
que ya no transporta,
que no cala,
que no me hace sentir lo de antes.
Ahora son solo trazos,
tan solo figuras
que bailan desordenadas,
quizá en busca de la mirada curiosa
de algún coleccionista
que no tenga tan estudiadas tus esquinas,
tus matices,
tus sombras.
Que se deje sorprender por algún brillo.
El poder del tiempo sobre las obras de arte,
es un ya no (des)e(arte)
ni más
ni menos.
Y necesito,
una milésima de segundo para abandonar la sala del museo,
con la mano en el corazón
de quien ya no es capaz de encontrarte.
Hermosa entrada! Una escenografía magnifica; en donde entrecruzas sentimientos y arte que se va desdibujando como aquellos. Deseo que una nueva obra, te conmueva… Un cálido saludo.
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Me encanta, bellísimo.
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me encanto, no tengo palabras para escribir ese sentimiento que expresaste en mi con cada oración. saludos
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Muy bello, el silencio que se percibe, te llega al corazón lleno de dulces melodías.
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