Vi una gotita correr por tu ombligo,
como escarcha en el pino,
como miel en la flor;
y la quise alcanzar con mi dedo
para mojarlo del nácar
de tu piel interior.
Con la uña raspé lo más alto
de los montes profundos
de tus sueños de amor,
cual cascada en tiempos de lluvia
derramándose el éter
por tu abdomen tibio.
Y mis labios corrieron detrás de mi dedo
y nadaron descalzos
en el charco formado
entre tu sed y tu olor.
Y la gota se escurrió en mis deseos,
derramando las ganas
de morir ahogado
en tus manantiales.
Bryan Thomas
linktr.ee/bryanthomas
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¡Muchas gracias Adolfo! 🙂
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Muy bueno, Bryan.
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¡Gracias! Es un honor para mi que te haya gustado.
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Excitante y cargado de musicalidad. Muy buen poema.
Gracias por compartirlo.
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¡Muchas gracias Antonio!
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