La felicidad es efímera, querida compañera.
Tanta costumbre de tempestades rancias
te hace añorar días tranquilos y sin alarmas.
Días de café tibio con dos de azúcar.
Días de poemas libres y libros abiertos.
Días de frío compartido en mañanas siniestras.
Días cálidos de amaneceres endulzados.
Sujetando la calma con todas las fuerzas.
Abrazando las ganas de sentirse querido.
Compañera, soportar la angustia
no es angustia si se comparte.
Anthony Ares
@anthonyxares
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