Soneto: cárcel mía y de mis versos,
Con tu endecasílabo grillete
Escribiré soliloquios, la muerte
De una noche y de un «te quiero».
Afuera llueve, y lloran sus luceros,
Y se inunda mi corazón señero.
(Lo sé, rompí un grillete del soneto,
Pero… ¿quién lee a prisioneros?)
En esta cárcel inconmensurable
Cualquier día es frío al pensarle.
¡Ah! ¡Pero antes vibre mi cerebro!
¡Rocíen sus lágrimas mis umbrales!
¡Y que nazcan juncos de mi cadáver!
Que abandonar yo esta cárcel
De no poder decirle que la quiero.
Aarón Ortiz
@a.cristo168
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