Hueles como huelen las cosas que terminan
cuando cabizbaja vienes a pedirme perdón.
Nada hay que perdonar a los finales,
solo esperar que no lleguen tarde,
pues cuando tardía es la despedida
tiende a ser rencor quien ocupa el espacio
que despeja tu ausencia.
Quistes de soledad enmarañan mi pecho,
que presiona hacia afuera
cortándome el aire.
Hueles como huelen los silencios
que parten en dos el alma,
los que al corazón aprisionan
en un soplo sin mordazas.
Se detiene el tiempo en un adiós no deseado,
se derrumba este hogar sin tejado
y te marchas
y yo me baño en un odio incipiente
y me odio por odiar tu despedida
cuando cabizbaja te acercas pidiendo perdón.
Nada hay que perdonar a los finales
cuando llegan.
Enrique Morte
@enrique.morte_poesia
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