El baño de niñas del tercer piso me parecía un lugar aterrador. Las paredes tienen la mitad pintada de color gris y la otra mitad cubierta de baldosas de un color que pareciera solo existir en los sueños de algún pintor desolado. Pareciera que en algún momento fueron rosa o crema, pero la poca luzSigue leyendo «El guardador de secretos»
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Te guardo
Aún no entiendo qué viste en mí si cuando llegaste mis manos estaban ocupadas: una con mi corazón en pedazos y otra con el miedo a caer de nuevo al abismo, sin espacio para ti. Era más un manojo de nervios que una persona, con las emociones apagadas y un llanto eterno en los ojosSigue leyendo «Te guardo»
¿Cuándo me dejaste de querer?
Hoy he visto a la que me suplió, la chica alta y delgada casi como modelo de pasarela, con uñas postizas y pelo marrón, por la que me dejaste un día. Estaba entrando a una de las tiendas del centro comercial, la que queda frente a la dulcería de donde justamente yo salía con unaSigue leyendo «¿Cuándo me dejaste de querer?»
Viento
Frenético es el tiempo cuando lo paso a tu lado y vuela sin dejar rastro siquiera, ni una estela que seguir. Cuentas historias del viento y sigo buscando el momento en que pueda descubrir si solo es una leyenda o si se vuelve real cada vez que hablas de ella y la intentas recordar.
El despertar de la amnesia II
No soy alguien muy sociable la verdad, me cuesta un poco relacionarme con los demás, quizás tiene que ver con la poca relación que he tenido con mi familia y porque he lidiado muchas veces con el rechazo simplemente por ser como soy. En cualquier caso, me divierto más en casa que en cualquier fiesta, peroSigue leyendo «El despertar de la amnesia II»
Ojos negros
Estaba asombrado de lo vacío que iba el vagón de metro. Lógico; la hora punta hacía rato que había pasado. Contemplaba mi reflejo en el cristal. Iba sentado, sujetando la caja entre mis manos, el pelo revuelto, el cuello de la camisa desabrochado y la corbata floja.Intentaba recordar cómo había llegado a ese punto. MeSigue leyendo «Ojos negros»
A la luz de la luna
Ella era indomable, pero no lo sabía. Hacía temblar el suelo a cada paso, aun cuando caminaba con delicadeza y encanto. Escondía una fuente de coraje y valentía que le brotaba dentro y de vez en cuando afloraba al exterior. Ella era amante de la luna y la miraba con respeto, como quien mira aSigue leyendo «A la luz de la luna»
Navegar sin brújula
Que no todos servimos para todo de igual manera, aparte de una perogrullada, es una gran verdad. Si tuve claro algo en mis primeras nociones de conciencia fue saber de mis limitaciones en asuntos que me interesaban. Puede pensarse que es una forma de restringirse poco productiva en lo personal, incluso malsana, aunque también seSigue leyendo «Navegar sin brújula»
El despertar de la amnesia
La luz del sol me maltrata la vista. Coloco mi brazo izquierdo sobre la cabeza y arrugo los ojos para acostumbrarse de a poco a la luz y me voy dando cuenta que estas paredes blancas no corresponden a mi habitación. Levanto el torso y, aún aturdido, miro alrededor: estoy arropado con unas sábanas aSigue leyendo «El despertar de la amnesia»
Quijote
Hoy quise ser un dios, en un tonto dislatey soñé que era Cronos el más grande, parecey regalarte el tiempo que tanto te adoleceal punto desperté, que febril disparate. Quise ser como un Atlas, y cargar con tus penasun Sansón melenudo, un Ares con corazaluchar por ti, Atenea, con furia, casta y razay librarte un instante de todas tus cadenas.Sigue leyendo «Quijote»
Encuentro
Se acercó despacio, con cautela, pues no estaba muy seguro de si sería bien recibido. Aunque hacía tiempo que la rondaba, nada hasta la fecha en la actitud de ella hacía presumir que fuese a aceptar un encuentro, muy deseado por su parte. Sin embargo esta vez había señales que permitían un espacio a laSigue leyendo «Encuentro»
Mil historias, Jacinta
Mil historias olvidaste olvidar. Tu cuerpo tiene huellas que me gustaría borrar, mientras tú me dices que son la prueba de amores que no han sabido pasar. Jacinta, para qué sufrir si ya no están, ¿por qué te empeñas en recordar? Si las manos se han soltado ya… ¿No es mejor cerrar los ojos ySigue leyendo «Mil historias, Jacinta»
Historias finitas
Existen, a lo largo de una vida y a cada momento, muchas historias finitas que no han tenido el gusto de llegar al auge de la inspiración. Son de esas historias que tienen finales pasionales y se cierran de golpe, como si se tratara de la escena final de una película en cámara lenta. HaySigue leyendo «Historias finitas»
Manos arrugadas
Con las manos arrugadas me llenaste de memorias, cada pliegue, cada marca, me invitaba a soñar. Eran tus historias, aquellas que pasaron por una vida ya lejana; eran el desafío a la gravedad del tiempo, negándose a caer. Con mucha atención las escuchaba como quien oye el rumor del viento, como quien palpa el sonidoSigue leyendo «Manos arrugadas»
Cálculos
Dónde acaba el mar, dónde nacen las estrellas, dónde empieza la angustia, dónde muere el recuerdo. El ayer refleja el morado oscuro de cuando la decepción afloja, porque hicimos una promesa en silencio y son esas las que más pesan al romperse, las que más clavan sus cristales. No quiero escuchar tus palabras, no despuésSigue leyendo «Cálculos»
Llena como la luna
La luna se veía hermosa esa noche. Totalmente redonda como una pelota brillante que se escondía muchas veces tras las nubes y colaba su halo entre los árboles. Debo decir que la perfección de la noche era casi comparable a las que nos venden las películas de fantasía, con la diferencia de que había menos estrellas.Sigue leyendo «Llena como la luna»
Reloj
Si echar de menos es perder el tiempo, es robar minutos al crepitar del silencio, es matar a besos el baile del mañana, es partir a balas el desgastar de la palabra, por qué me ato las cuerdas de la esperanza a las muñecas, las del desasosiego a los tobillos, rompo los cuadros que expresanSigue leyendo «Reloj»
Lo siento, mamá
¿Sabéis que es lo más duro que me ha pasado? ¿Lo más duro que he experimentado en mis últimos años? Tu ausencia. La ausencia de haber perdido a alguien en mi vida por otra persona. Y es que, aunque lo desee, ya nada volverá a ser lo mismo. Siempre me dijiste que la familia es loSigue leyendo «Lo siento, mamá»
Cara o cruz
Ya todo me daba igual. Desde el minuto uno en que te vi supe que ibas a ser las dos caras de la moneda. Me enamoré de tu cara, pero sabía que tu cruz terminaría destruyéndome. Por eso no sabía qué hacer y por eso era reacia a conocerte… porque sabía que conforme más te conociera,Sigue leyendo «Cara o cruz»
¿Libertad?
Actualmente cuando se habla de temas como la homosexualidad, el feminismo, el machismo, etc. se abre un debate sin fin, todo el mundo dice tener la razón, las afirmaciones se enredan hasta crear un nudo que tensa la cuerda, sin llegar a ninguna conclusión. En nuestro afán de creer tener la razón cometemos el errorSigue leyendo «¿Libertad?»
Soñando, te cumpliste
Me desperté como si de un sueño se tratara, esa sensación que sentía dentro de mí, hacía años que no la experimentaba. Cualquiera hubiera afirmado que horas antes dormía sobre mi cama o que era solo un sueño, pero yo, yo te diría que era tan real como las letras escritas en este texto. ¿PorSigue leyendo «Soñando, te cumpliste»
Normal
Día 4 —Tienes que acercar tu silla lo más que puedas a la cama, luego caminas sobre tus brazos para acercar el torso, y ya después solo es cuestión de tomar los reposabrazos y con un pequeño esfuerzo, ¡llevar tu cadera hacia el asiento!… Al principio cuesta un poco de trabajo, pero con el tiempoSigue leyendo «Normal»
Ella
Ella, amaba la vida, la amaba más de lo que nadie llegó a amarla a ella, hasta que llegó él… hasta que llegó esa sonrisa en mitad de la tempestad que hizo que sus miedos se esfumaran. Él, la única persona capaz de entenderla y comprenderla, de reírse con ella, de secar sus lágrimas haciendoSigue leyendo «Ella»
¿Por qué leo?
Hace unos días me hicieron la pregunta: ¿por qué lees? Generalmente, cuando se tiene un libro en mano, hacen preguntas como: ¿qué estás leyendo?, ¿de qué trata?, ¿está bueno? Así que, debo admitir, me tomó por sorpresa; mi respuesta automática para aquella interrogación fue “porque amo leer y es una costumbre hermosa que disfruto; porque meSigue leyendo «¿Por qué leo?»
Última balada antes de morir
El tiempo es relativo y a la vez lo relativiza todo, y si bien hace el olvido, jamás debemos olvidarnos de no olvidar. No debemos olvidarnos de todas esas voces que fueron silenciadas por pensar distinto y defender unos ideales que no comulgaban con los de quienes estaban arriba, de toda esa sangre derramada porSigue leyendo «Última balada antes de morir»
¿En dónde está el cielo?
Hace tiempo que las aves no vuelan, porque no tienen cielo. Las alas causan temor cuando se las ve extendidas, a punto de alzar vuelo.
Perdóname
Te pedí perdón un millón de veces, y en ninguna de esas palabras me creíste. Te pedí perdón y tú no lo supiste ver. Pensabas que con mis palabras quería volver a ganarme tu afecto, o que era una simple táctica para volver a tus brazos. Esos brazos, que tanto me habían protegido las nochesSigue leyendo «Perdóname»
La constitución ha muerto.
Aquel día no se escuchó por lado alguno el cálido sonido que surge cuando un nuevo día amanece; sólo el eco de lo que había sido una noche llena de ruidos. El día era gris, el viento que llegaba en grandes ráfagas se arremolinaba en torno a las casas buscando meterse de algún modo alSigue leyendo «La constitución ha muerto.»
Alas cortadas
Ellos quieren cortarte las alas. Quieren que olvides tus sueños y seas parte de su círculo, que te sientes en la fila de los que esperan ser alguien sin correr riesgos, que apuesten a lo seguro y se aferran a lo conocido olvidando que hay un horizonte admirable justo ante sus ojos. No contaron conSigue leyendo «Alas cortadas»