Sé que juré nunca volver a fumar,
que había dejado el vicio tirado
en la esquina de aquel cuarto
de aquella fiesta.
Sé que dije que odiaba el humo
y que fingía toser cuando alguien más lo hacía.
Pero… mi amor,
es inevitable
no hacerme un porro con tus recuerdos
para ver encendido el amor que nos juramos
y notar como en el humo se desvanecen nuestras promesas
para luego delirar con tu presencia.
Por: Ana María González (México)
twitter.com/anamgr13
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