Esa sensación de querer hacer las cosas bien pero pensar que las estás haciendo mal. Es desagradable, te hace dudar porque no sabes si tu destino es donde quieres llegar.
A continuación podría venirse un drama romántico, un problema real o una desdicha pero no es el caso. Llámalo tonterías del primer mundo o problema potencial pero no puedo evitar preguntarme si merece la pena.
¿El qué? Estudiar. Antes de que se lleven las manos a la cabeza, les diré que como muchos jóvenes españoles (e imagino que de muchos lugares del mundo) tengo mi grado universitario, un par de postgrados y otro par que acabaré en este curso. Teniendo en cuenta mi palmarés observo que nunca en suficiente para el mercado laboral. Quieren más, por menos. Porque está claro que el mercado no te paga la formación, el dinero te lo consigues como mejor puedas… Siendo becado o con trabajos que lo único que tienen de ello son las letras de la palabra.
Como buena superviviente, esto ha provocado que tenga que ser ambiciosa si no me quiero morir del asco en esta vida. Pero me pregunto… ¿es ambición o necesidad por lo justo? No entiendo que se exija tanto cuando los que gobiernan no tienen ni la mitad. ¿No resulta irónico que estemos mejor preparados que aquellos que nos gobiernan pero ellos vivan mejor? Cuanto menos es de chiste, joder, es el cenit de todos los chistes.
Miro la televisión y mi depresión no va a mejor, ¿por qué quienes no hacen nada por la vida están ahí? No lo entiendo, ¿unos estudiamos/trabajamos para mantener a los otros? ¿Por qué se le da cuota a gente que no sabe ni J? En todos lados y encima debe de hacernos gracia… Alucino.
Luego vienen aquellos que cuando trabajas te dicen: ¡Qué suerte! y tú te quedas pensando: Suerte mis ovarios. Trabajo y esfuerzo. También está soportar el hecho de que te vendan como algo normal tener que salir de tu país para buscar trabajo: hay que tener espíritu aventurero, hay que saber inglés entre otras perlas. ¿Perdona? Ya me gustaría a mí ver, de todos los que han echado, porque señores, no se van, se les echa porque se les asfixia porque no se hacen contratos dignos, porque no hay calidad de vida, si tuvieran un contrato decente… ¿Cuántos se iban?
Con respecto a los idiomas… permitidme que me ria. JÁ. Claro, no está mal, a modo de complemento, pero NO es una obligación, menos hoy en día que existen los teléfonos móviles y aplicaciones de traducción o mejor… ¿Por qué no contratan traductores? No sé, para algo estudian… pero claro, es más barato que tú sepas idiomas y así se ahorran un puesto de trabajo.
Son tantas ironías, tantísimas incongruencias que yo ya no sé si proclamar la república independiente de mi casa, presentarme a política, irme a vivir a la montaña o seguir estudiando. No lo tengo claro.
¿Para qué? ¿Para qué tanto? ¿Por qué unos tanto y otros tan poco? Como decía Estopa… «Qué mal repartido está el mundo desde el primer mes de enero» pero de todo esto, lo que más me inquieta es no tener respuesta para esta pregunta: ¿En manos de quién estamos? Pero eso sí, sigamos opinando sobre los demás… así nos va.
Ahora, si me disculpan seguiré dándole rienda suelta a mis neuronas porque gracias al maravilloso plan bolonia, los trabajos no se hacen solos.
https://www.youtube.com/watch?v=Jk-_B8Qt0Fs



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