La sensación de estar perdido, de no saber con certeza hacia dónde te diriges, el miedo a no encontrar aquel destino que tu corazón debiera anhelar interiormente, el miedo a no encontrar el corazón que interiormente anhelas como destino.
El echar de menos la inspiración y el huir de ella cuando te sorprende, el negarte a dejar ir un pensamiento que hiere, empeñándote en descifrar el significado que oculta tras su apariencia.
El rebuscar en la memoria ese rostro de quien ya no te acompaña o el tono de su voz, intentando hacer que suene en tu cabeza con la misma sonoridad con la que salía de sus labios.
El suspiro que prosigue al llanto, el querer a alguien y el odiarlo a ratos, el buscarte tanto que olvidé el camino, el encontrar la calma y el ahogar el ruido para poder hallar lo que creo perdido.