Como a mí

…Y la tocaste como me tocabas a mí.

Derramaste en ella todos esos dedos que creía yo, solo jugaban conmigo.

…Y la miraste como nos mirábamos.

La vestiste con los mismos ojos con los que me desvestías, cuando te juré que no me importaba el frío. Y mira que sí me importaba.

Te atreviste a besarla así, como a mí.

Tatuaste tus labios en su piel pero la mía todavía no se acostumbra al sin ti.

La abrazaste como me arropabas a mí.

Quisiste dar la vuelta al sol en un día anclado a su cintura.

Esas aventuras solo existían aquí.

Hiciste tanto.

La quisiste así, con un querer que hiciste mío.

Pero no lo hagas más, no la hagas creerse tu dueña con esas caricias apuradas que no sabrán borrar cicatrices.

Las mías aún están recientes.

Se siente.

¿Las sientes?

Por favor, no la hagas sentirse invencible cuando tu número todavía me despierta en las madrugadas y nos agarra el sol sin haber colgado el adiós.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Búsqueda avanzada

Entradas relacionadas