Existen momentos en el universo de una trascendencia sin medida, son esos instantes en los que una vida cambia para siempre. Puede parecer que todo sigue igual, que los planetas siguen girando, las estrellas brillan de la misma forma, que el resto de seres vivos continúa con su cotidianidad sin la menor alteración. Puede parecerlo, pero no es verdad.
La mayoría de veces no somos conscientes de esas discretas variaciones desencadenas por la toma de una decisión, el descubrimiento de una realidad oculta, por un suceso trágico o un acontecimiento maravilloso, por el cruce de dos caminos completamente distintos o el hallazgo de una respuesta perseguida hasta el cansancio.
No somos conscientes de ello, pero no importa. Aun así, el universo se ve transformado para siempre, una y otra vez, en constante cambio, en eterno movimiento.