Cuando vienes a buscarme, me limpio las manos en el vestido, y disimulo con una sonrisa los nervios que traigo conmigo. ¡Te ríes! No dejas de mirarme, y cuando te sostengo la mirada, nervioso, me halas contigo.
Me has traído a un lugar en el que no hay secretos más que el que tu y yo tenemos. Dos cuerpos, dos almas y un beso para sellar el infierno que afuera viven otros por nuestro recuerdo.
No es amor, nunca lo ha sido, pero tienes ese aroma de un nunca te olvido. Y en la esperanza de un mejor mañana, me aprieto a tu pecho y susurrando te digo: te quiero.
es la esencia que se pega a la piel..ese recuerdo que no parte….que se aferra…Besos al vacío
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