¿Qué compro? ¿Para qué lo compro? ¿Dónde ha sido elaborado/recolectado? ¿Bajo qué condiciones laborales y medioambientales? …
Los eslabones de la cadena productiva y de comercialización están manchados muchas veces de vulneración de derechos, trabajo infantil, sobreexplotación de recursos naturales y contaminación ambiental.
En un mundo globalizado y mercantilizado, la justicia social, económica y medioambiental pasa por la ética en las relaciones comerciales.
Comprar un producto que ha sido fabricado a muchos miles de kilómetros y dejar de comprarlo a los productores de mi entorno inmediato, ¿a quién perjudica?, ¿a quién beneficia?, ¿cuáles son las consecuencias ecológicas de tales desplazamientos?
Ahora que tanto usamos el verbo «empoderarse», vamos a empoderarnos de nuestro propio consumo, compremos con cabeza y buen criterio. Dejemos de ser «consumi-dores» pasivoinfantiloides caprichosos para convertirnos en «consumo-actores» responsables. Por ética y por justicia.

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