Cuando más diestra era la araña
llegaron las nuevas al cazador,
a aquel niño con mucha maña.
El equipo estaba en su esplendor,
atrapaba todos los disparos
partiendo sin rumbo mejor.
Como si fuera un juego de aros
soplaban los gloriosos vientos,
ser un estudioso o apuntar caro.
En pleno proceso de aprendizaje
llegó el gran ofrecimiento,
hacer el arriesgado viaje.



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