«Hay jóvenes que emigran / dicen chau
los que se quedan tiemblan en silencio»
Mario Benedetti.
Si me declaro poeta es porque desisto de la guerra, porque miro al horizonte pensando en amar y porque si el hambre no es compartida, entonces la libertad no es de nadie. Solo los pobres conocen la condena de ser extranjero, la condición nómada de quien ha sido desterrado de toda identidad. Las sentencias siempre caen del mismo lado de la balanza, la muerte injusta antes de tiempo y la barbarie del que es asesinado porque solamente busca sobrevivir.
No alcanzan las palabras cuando lo que hay enfrente son armas, el llanto no escampa ante la fosa común y la falta de memoria no concede perdón a la comunidad. Como siempre, son los negros, somos los sin nadie, los de las manos vacías y los corazones heridos. Seguimos poniendo los muertos, seguimos muriendo en aras del capital y un sistema que denigra cualquier atisbo de vida.
Porque, recuerden, la vida es mirar al otro a los ojos, es abrazar al desigual y salir adelante con honestidad. La vida era de ellos. La vida eran ellos. Por tanto, un pedacito de mi vida ya está muerto. En cada migrante abatido en la frontera, en cada exiliado en el olvido y en cada cuneta no reconocida. Hoy vivo menos, he muerto un poco más.
Belén Vieyra Calderoni
belenvieyracalderoni.com
Leer sus escritos
No olvidemos que somos iguales y lo que le pasa a uno de nosotros nos pasa a todos.
Me gustaLe gusta a 1 persona