Última mirada

Me encontré con quien fue el amor de mi vida mientras caminaba por una calle fría de un país que no es el mío… Teníamos muchos años sin vernos a los ojos. Noté en su mirada que ya no fumaba, que seguía sintiéndose nerviosa al conducir y que la experiencia de emigrar le había cambiado por completo sus miedos.

Ella me vio el alma en un segundo, y sonrió satisfecha al comprender que en el fondo de mis carnes la seguía buscando, despierto y en mis sueños.

Una mirada nos bastó para sentirnos reviviendo sin habernos muerto —morir de amor no cuenta— y tras saborear la dulce electricidad… nos ignoramos para siempre. Ella viró en la esquina y yo entré a la farmacia para buscar medicina que me sanase las ganas de amargarme el presente endulzando los recuerdos.

Su vida no volverá a ligarse a la mía, el camino únicamente se forma hacia adelante, el pasado es solo un cuadro hermoso.

Jesús Martínez
@jesus_escribe
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