Creo que podría suceder cualquier cosa.
De repente colapsaría el hemisferio norte,
Se consolidaría la propagación de toda enfermedad incurable,
Se resquebrajaría la poca sensatez
Que provoca el movimiento de los cuerpos,
El sentido mismo de la existencia
Habría de paralizarse en un atisbo de nada,
De a poco se iría perdiendo la sensación de hogar,
Y cobijaría el horizonte una suerte de trágicas despedidas,
Que no llevarían más nombres
Que los de extraños a quienes ya no puedo amar.
Cruzarían muchos errantes bajo el travesaño de mi columna vertebral,
Y se volverían una bandada de albatros morados,
Albatros porque son las aves de las que escribía cuando era niña,
Y morados porque serían rezago del atardecer
Justo antes de sucumbir a la noche.
Creo que, dentro de las cosas que podrían suceder al interior de mi cabeza,
Tendría que existir tanto la decadencia como la posibilidad,
Porque incluso con la fatalidad que llevo por lápida,
Tengo esta especie de afán por creer y crear,
Que todo cuanto conciba puede pasar de ser mentira a verdad.

Carolina Palacio Ramírez
@carolinapalacioramirez
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