otros amores

acostumbrados al no,
el mundo muy de tarde en tarde
nos dice que sí,
se nos acerca y sin más ni más
nos dice que está bien,
que ahora sí se puede

pretende de pascuas a ramos
que nos dejemos a un lado
y le acompañemos:
como si aún estuviésemos interesados
en lo que otrora
le habíamos propuesto

apuesta a que actuemos
como si nada hubiese pasado
entre nosotros,
como si todo el tiempo transcurrido
hubiésemos estado al lado de la puerta,
del teléfono:

a la espera de su sí,
de su afirmación,
su reconocimiento

se olvida muy de cuando en cuando
de lo rencoroso que somos,
lo hijueputa que nos volvemos
cuando se nos rechaza
una y otra vez

olvida de que hay otros amores,
otros intereses,
mucha competencia,
de que él no es el único pretendiente,
el único galán de la fiesta
que nos puede sacar a bailar

c. a. campos
Leer sus escritos

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Búsqueda avanzada

Entradas relacionadas