Quizás

Ignoro cómo quebrar el mutismo
que envuelve mi ánima en este instante
cuando observo que te desvaneces
en el éter y me relegas a mi suerte con mi lloro.

Has sido la flama de mi existencia,
el fanal que orientaba mi sendero,
la razón de mi pulsación,
la quimera que urdí contigo.

Pero ahora todo se ha extinguido
y no hay nada que pueda ejecutar
para recobrar tu ardor
que se ha consumido como el papel.

Me siento como una nave sin aguja
que ha extraviado su norte y su destino,
como un ave sin albergue
que no puede posarse ni entonar.

No comprendo qué ha acontecido,
qué ha quebrado nuestro vínculo,
qué falta he perpetrado
para merecer este escarmiento.

Quizás fue mi soberbia
o mi falta de afecto,
quizás fue tu despego
o tu falta de candor.

Lo cierto es que ya no somos uno
y que cada uno prosigue su trayecto
sin otear atrás ni contristarse
de lo que experimentamos y palpitamos.

Solo me resta el recuerdo
de aquellos días áureos
en los que nos amamos
sin mesura
y nos deseamos sin fronteras.

Solo me resta la esperanza
de que algún día me absuelvas
y me otorgues una oportunidad
de retornar a ser tu sol.

Solo me resta la ilusión
de que algún día te halle
y te susurre al oído
que nunca te olvidé.

Óscar Quiroga
@quirogautor
Leer sus escritos

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Búsqueda avanzada

Entradas relacionadas