A estas alturas no me
resigno, no concibo
escribir en renglones
torcidos.
No veo la vida
desde un pedestal,
ni desde un palco;
simplemente, la vivo.
No quiero puntos
-o sí, si son aparte-.
Desde luego, no quiero
eternos puntos suspensivos.
Mejor centrarse en pisadas
de la vereda, del camino;
no salirse de la ruta
-o sí, si es preciso-.
Anotar en libreta etérea
aquellos sueños prescritos,
pendientes; todo aquello
que aún no se ha perdido.
Me niego, no concibo,
a rechazar y olvidarme
de eso que, algunos locos,
insensatos, llaman ruido.
Ante todo, y siempre,
prefiero quedarme
conmigo.

Carlos Vera
Blog de Carlos
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