Decisiones decisivas

El tejado se derrumba,
las paredes son estrechas,
los suelos pegajosos,
el reloj se ralentiza.

Pensamientos en bucle,
exceso de hielo en la nevera,
no prende la lumbre,
atónita ceguera.

Ante la decadencia,
una lágrima de “autocompadecencia”,
la duda es sofocante,
la certeza una forma de consolarse.

El tiempo es un sicario,
tiene mala puntería,
pero algún día,
acabará acertando.

La vida me da un ultimátum:
ser víctima de las circunstancias,
o responsable de mis actos.

Miro por la ventana,
busco una señal
para pegar un salto,
y aprender a volar,
llegar muy alto,
transitar otra realidad
o dejarme caer,
arrastrada por la inercia,
acabar en el asfalto.

Escapar del destino,
o enfrentarse al sino.
¿El final no será siempre el mismo?

He mirado frente a frente a la miseria,
y me he encontrado unos ojos lascivos
con una sonrisa de hiena.

He intentado huir,
pero todos los caminos acaban en mí,
es mi sombra,
un reflejo de la deshonra.

Jotaerrecé
jota.errece
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