Va agotándose la energía
en un cuerpo desterrado.
Que anota derrotas y una oscuridad indecente
que me hace perder la cuenta de cuánto duele.
Donde el dolor campa a sus anchas
y la esperanza va menguando día y noche.
Y parece una exageración no halagar
al cuerpo donde habito,
no pensé que sucediese, pero grito
y entre sollozos le reprocho.
Este cuerpo mío, no reconoce un lugar
donde guardar la paz y la calma
que lo habitó.
Este cuerpo mío, vacío de vida
y sin pronóstico alguno ni medida
para frenar mi ira.
Este cuerpo mío, que ya no reconozco
y que siento que me resta días.
Este cuerpo mío, que siembra despertares
y apaga su luz mientras se marchita.
Y aun así, me maldigo por no dar gracias.
Y no sé si por costumbre o por desgracia,
pero desde la culpa no se avanza
y el agradecimiento a veces no basta.

Yamila Alvi
@yamila_alvi
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