Mi corazón es una llanura,
un lirio seco con sabor a fresas del bosque.
Entre la hojarasca,
la muerte se eleva y me atrapa;
su danza macabra me envuelve.
Los lirios me brotan en las palmas de las manos,
echan raíces, atan mis brazos.
Cruzo al otro lado.
Tu rostro desdibujado me recibe.
Estoy en casa.

María Peralta
mariaperalta.net
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