Un cosquilleo en la nuca anuncia su llegada.
Nadie sabe su nombre.
Hasta el más bravo se esconde,
cuando sopla el viento frío.
El rey, el ladrón o el mendigo,
gritar no les sirve de nada.
Los caminos son su reino,
el miedo, su morada,
la carne el alimento
que siega su guadaña.
Como un pájaro oscuro
viste de gala y traje
a la hora señalada
aparece en el paraje.
Es el pájaro de alas negras
que atrae a los caminantes.
Corta flores en el viaje,
compañeros para la senda.
Ni el más fuerte ni el más joven,
ni el más noble ni el más sabio,
no habrá alma ni santo
que pueda huir del hombre errante.

Cynthia Calani
@cynthia.calani
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