I
Hoy quería contarte un secreto
pero al caer la tarde
el cielo ardiente
con sus trampas visuales
se encargó de revelártelo
¡T-A-O!
¡E-M!
II
Cae la tarde
y la ciudad se enciende,
apresuradamente abandona su luz
hasta quedar atrapada, sin gente.
Y el cielo enfurecido les dijo a los techos en ruinas:
¡Obsérvenme que yo los cuidaré!
III
Y en esta tarde de otoño tropical
mis ganas se ahogarán en el mar.
Y si mañana no estoy,
me muero,
no se preocupen,
soy un microhábitat
deshabitado.
IV
Volver,
volviendo a ver
y lo que quieras ver, verás
viendo cosas que jamás veré
venciendo vidas que jamás verán
V
Mi boca es una bóveda que abre sus puertas
y que se deja robar por tu mirada.
Mi lengua no se atreve a ver
sigue siendo cobarde,
como tú frente al espejo.
VI
Atreverse a cambiar el orden de las cosas:
Ir en sentido correcto
pero en dirección contraria.
Es como el capítulo repetido de mi historia,
esa que todos cuentan
que todos murmullan
que todos creen saber
esa que no existe
ni existirá jamás.

Kervin Briceño Álvarez
@prisonerofideas
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